viernes, 23 de noviembre de 2018

Gracias por tu valor

Cada vez que me calzo las botas solo puedo dar las gracias a esa niña que decidió hacer caso omiso a aquellos que le decían que no, que eso no era de niñas.
Cada vez que veo a mis padres como me miran con orgullo de verme siendo libre, sólo puedo abrazarme y quererme, porque se que voy en una dirección que me sienta muy bien.
Le doy las gracias por remar a contracorriente para que yo ahora pueda nadar sin ese peso que me hundía, por conseguir que ahora me acepte como soy.
Gracias, por secarte las lágrimas y seguir.
Gracias, por no caer en las garras del dolor que provocaba tanto rechazo.
Gracias, por esperar, por ser paciente y creciente.
Perdón, por no tratarte como te merecías. Perdón, por no quererte lo suficiente.
Perdón, por no ser capaz de ver lo que valías.
Ojalá pudieras ver todo lo que has conseguido, lo que hemos conseguido juntas.
Hemos vencido a los que un día te llenaron de inseguridades.
He conseguido hacerme más grande que los monstruos que se instalaron en mí.
Dejé de luchar contra ellos,  los invité a la fiesta y me puse a bailar.
Gracias pequeña, por arriesgarte a ser, ahora somos lo que siempre soñaste.

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