lunes, 8 de enero de 2018

Personas que pasan

A veces puede parecer que es el tiempo el que hace mella en nuestra vida, se aleja, se acerca, te golpea y luego te brinda el mejor beso, pero de verdad lo que pasa, te ayuda a sobrevivir a los acantilados de la vida y deja sello son las personas, ese equilibrio entre lo que amarga y gusta con un toque dulce al final. Tan agridulce como salado,  tan la intensidad de una flor en primavera como la inmensidad en el horizonte del mar. Son las personas que nos rodean quienes nos hacen ir y venir, un subir y bajar a las nubes constante, un aterrizaje de emergencia para ser consciente de cuáles de ellas realmente merecen tu tiempo, o simplemente aquellas que sólo hay que dejarlas pasar, sin billete de vuelta.
Hay personas que pasan casi sin que las notes, otras sin embargo pasan dejando una gran huella o incluso herida. También las hay que pasan para quedarse, se instalan en tu corazón, te cambian el latido hasta el punto de que cada vez que te susurran se te encoge el pecho y se te ensancha la sonrisa.
Luego están esas personas que estaban antes de que nosotros estuviéramos, aquellos que esperaban impacientes mientras escuchaban latir nuestro corazoncito desde un monitor, y que decir de aquellas a las que abrazamos desde que están a un cuerpo de distancia hasta que se convierten en tu mano derecha.
No me olvido, de todas aquellas que ondean sus brazos en la marea de nuestras venas y aunque nunca dejaremos de sentirlas cerca, ya no las podemos abrazar.