miércoles, 27 de abril de 2016

Quiero.

Quiero ser libre,
sin ropa, y a la vez vestidos de caricias, de besos, de flores,
sin cuchillos en los ojos,
sin espinas en la piel,
sin armaduras que no salvan sino que hunden,
sin palabras, en silencio.
Quiero gritar, pero no puedo, se me agrietan los pulmones y coger aire se vuelve un alivio si es para insuflar mi aliento a un corazón oxidado de tanto usarlo para luego tirarlo.
Utopía cada vez que miro a unos ojos que brillan cuando todo se apaga.
No quiero cuerdas ni cuerdos, quiero locas y locos por vivir sin miedo a morir en el intento.
Quiero encontrarme perdiéndome en la búsqueda de unos lunares imperfectos perfectamente colocados en el acantilado idóneo para resbalar y caer, sintiéndome libre sin tener que pisar un suelo agujereado.
No quiero olvidar, quiero recordar y olvidarme de huir, acampar sobre unas costillas flotantes, encender fuego sobre cenizas mojadas.
Quiero vivir, pero... siempre hay un pero,
queria ser libre, pero me he colado en una jaula.

Catarsis

He viajado por lugares maravillosos, he leído personas tan bonitas que no he dudado en mudarme a su piel y atarme a sus inestables soportes.
He dudado, he callado y he hablado,
he huido para luego volver con más ganas.
He aguantado pesadillas y me he despertado justo cuando empezaba un sueño.
He arrojado mis miedos atados a un boomerang.
He visto llorar a un corazón sonriente y no he tardado ni un segundo en besar sus lágrimas para saber sonreír tan bien como él.
He buscado la catarsis y siempre la he encontrado en las mismas manos, cálidas, intrepidas y siempre con ganas de viajar.
He sido, soy y seré.