miércoles, 31 de mayo de 2017

Sentir los acordes.

Buscar el amor ideal o una persona ideal es como buscar una canción con la que te sientas identificado en cada momento del día. Puede que la encuentres a la primera, que la encuentres después de haber escuchado muchas otras, o incluso que nunca llegues a encontrarla.
Lo que quiero decir es que cuando buscas algo concreto que ya has esquematizado en tu cabeza, lo más probable es que no encuentres nada igual, que nada te llene el vacío que deja esa ilusión que tú mismo habías creado.
Tal vez conozcas a muchas personas, y lo intentes con cada una de ellas, pero es posible que cuando les pongas el molde que habías diseñado en tu mente no encajen a la perfección, y a partir de ahí solo encontrarás los defectos de esas personas y no serás capaz de amarlas, o de sentir el amor que te transmiten, todo será insuficiente.
Por ello, no debemos idealizar lo que queremos, ni siquiera buscarlo, sino dejar que nos encuentren las sensaciones, percibir la energía sin buscar las taras, porque éstas surgen solas, y la única solución es abrazarlas.
Porque solo cuando liberes tu mente y estés predispuesto a sentir, a notar como cada acorde te acaricia la piel, solo entonces serás capaz de vibrar y de disfrutar cada canción.
En definitiva, el poder de bailar y cantar una canción desde el primer segundo aún sin entender la letra.

viernes, 12 de mayo de 2017

Seismos

Dolor,
en este vis a vis conmigo misma,
cara a cara con mi vacío.
Soy una vez más,
una mera observadora,
de la batalla que se disputa en mi pecho.
No hay tregua para mi débil gladiador,
no hay espada
no hay fuerza que venza a la bestia,
no a este dolor.
Tiemblo,
mis piezas son placas tectónicas
que chocan cada vez que me quedo en silencio
conmigo,
en mi propio abrazo intento unir mis trozos
para que no colisionen de nuevo,
pero no hay nada que suture esta herida.
Supura odio,
fobia a la soledad que acusa la huida.
Incompleta,
así es mi huida,
busco salir pero aborrezco la salida.
Empieza el combate,
cuerpo a cuerpo,
uno más débil que el otro,
llevándose la victoria el odio.