Flores

Posa sus labios allí donde él solo ve espinas y besa sus silencios hasta romperlos en pedazos. Siente que flota y que el peso que se lo impedía ya no está, que puede mirarse en cualquier reflejo y solo ve flores.
Ella le pide cobijo entre sus brazos y le dice a quemarropa contra su piel que después de tanto buscar quimeras, allí, donde termina su sonrisa ha visto brillar el sol.
A través de sus ojos las imperfecciones de él se veían como si fueran el accidente geográfico más increíble que jamás podría llegar a percibir, y aunque ella no lo sabía, eso y su forma de reír le hacían olvidar los suyos.
Habían encontrado en su calidez un refugio para protegerse del frio que acechaba en su interior.

La primavera de tus huesos.

A tus huesos le faltan besos, besos de esos que te encogen el alma y ensanchan tus pulmones, que respiran en un suspiro la calidez de un ombligo.
Dame un poco de eso que te crece dentro, que te sale por los poros, que me abraza, que me inunda de ganas de vivir.
Saca fuera lo te quema, grita y chilla que quieres bailar y olvidar el tiempo, que vas a seguir riendo solo como tú sabes mientras libras una batalla con tus miedos, que te acuchillan en la sien, pero tú eres más fuerte. Que te haces más grande cuando los monstruos planean en círculos sobre tu cabeza, porque lo que ellos no saben es que estás hecha de flores y eres pura primavera bajo una tormenta de verano.
Dile al mundo qué quieres que el aire te acaricie las mejillas sintiéndote tan libre, tan tuya, tan de nadie y tan viva.

Dime

Cómo le digo al mundo que quiero gritar y decir que puedo,
que estoy lista para sentirme viva.
Cómo me digo que quiero abrazarme,
dime cómo,
cómo rompo la cadena del miedo a que me abracen otros brazos que no sean los míos.
Cómo,
sólo dímelo un instante,
dame las instrucciones para ponerme en funcionamiento,
necesito que guies a mis sentidos lejos de la oscuridad ,
que me hagas sentir que soy capaz
de quererme, de querer y de vivir.