lunes, 28 de noviembre de 2016

Navidad en tu cuerpo.

Navidad.

Llamo navidad cuando apareces en mi casa sin avisar y sin envolver. No traes árbol pero tampoco me importa porque brillas más que cualquier estrella y ni siquiera necesitas adornos, ni regalos, porque lo tienes todo incluido.
No traes champán, pero dices querer hacer un brindis, y te acercas a mis labios.
Siempre tienes las manos congeladas, y sin embargo, tus caricias son cálidas como una hoguera en mitad de una fría noche en el desierto.
Intenté montar el belén, pero me entretuve con la pieza más humana que había en mi casa en ese momento, y se nos hizo de noche, cambiamos de año y ni nos dimos cuenta, habíamos creado nuestro propio calendario.

Pienso encontrarte, aunque tenga que perderme.

Escribirte un poema merece la pena si sirve para liberarte de ésta condena a la que llamas vida, esa que te quema cuando quieres abolirla,que más que vivir en condiciones vives condicionada, traicionada por tu propio espíritu, ese que lleva arrugas, que son como cadenas, un reloj sin arena.
No pierdas el tiempo,
guíate por el viento,
concédeme un baile,
prometo dejarte sin aliento
y devolvértelo,
sin remordimiento,
la verdad que no me arrepiento
solo quiero tenerte en todo concepto.
Dame tu mirada,
quiero perderme,
voy a encontrarte,
no quisiera demorarme,
pero es pronto para robarte
un beso.
Que arte tus huesos bajo tu piel desnuda,
bendita locura.